A mí Ruidera me desorienta y como no lleve el gps no sé si seria capaz ni de bajar del coche. El inicio de la ruta como bien nos enseñó Fran nada más bajar las bicis, a unos metros del Bar Perca Rosa, un senderete hacia arriba que Ramón ya iba murmurando: Como todo sea así... la que me espera.
Ya en la bajadas de esta zona se iba divirtiendo y cuando volvimos a salir a la Laguna del Rey, a unos metros del coche... no sabía ni lo que quedaba. Hicimos dos incursiones alejándonos de las lagunas, cada una con sus respectivas cuestas al ir y sus bajadas técnicas para llegar a las lagunas otra vez.
Ramón no hacía nada más que decir que llevábamos pocos kilómetros y yo le insistía que no se preocupara por eso, que Ruidera es otra cosa. Estas zonas las incluimos también con Emilio al siguiente fin de semana, pero con peor suerte... los pinchazos hicieron su aparición en las ruedas de Emilio que no estaban acostumbradas ser atravesadas por un clavo, mala suerte. Las partes más interesantes las pasamos al final de las rutas, el primero con las subidas y descensos a la cruz y a la cueva de Montesinos y la segunda con los senderos que bordean el castillo de Rochafria, una zona que nos puso muy a prueba, con una trialera que estaba bastante seca y peligrosa.
Pero lo mejor, mejor, mejor de la ruta... fueron las gordas que nos tomamos en un bar (el nombre me lo guardo para que no vayáis sin mi) pegados a la laguna con césped, fresquitos.... una maravilla.
Bueno, con esto intento animaros a todos para disfrutar de este Parque Natural porque al paso que llevamos solo nos van a quedar cuatro caminos polvorientos y no podremos disfrutar del entorno particular que nos ofrece Ruidera, sin duda un lugar especial
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